Ante la policía, este empleado indica que a la empresa de porteros Kontrol-34 la situación se le fue de las manos. En su declaración advierte que dos responsables de DivierTT abrieron los accesos por su cuenta y riesgo y sin consultar a nadie. El trabajador de Seguriber acude ante la policía para prestar declaración solo 12 días después de la tragedia. Este vigilante de seguridad lleva dos años trabajando en el Madrid-Arena y ha visto muchas fiestas y muchos conciertos, pero es taxativo ante los agentes del grupo quinto de homicidios: por su experiencia puede observar y son palabras textuales, que a la empresa Kontrol 34, compañía que ha llevado allí a los porteros, la situación se les ha ido de la manos.
Y señala que dos cargos de DivierTT fueron los que bajo su cuenta y riesgo decidieron abrir las puertas de emergencia, puertas por las que entraron centenares de personas que estaban ocupando los jardines interiores del recinto. A su juicio, nadie estuvo controlando esos accesos después de ser abiertos.
Este trabajador de Seguriber reconoce que él y sus compañeros tenían la orden de controlar el botellón e impedir que se realizara en el interior del recinto, incluyendo esos jardines que se alzan tras la valla perimetral.
Las imágenes del circuito cerrado revelan que botellón hubo en todas las zonas del Madrid-Arena, incluyendo el parking que gestionaba Seguriber.
El empleado de Seguriber también indica que hubo exceso de aforo, hubo mucha más gente que en otros eventos similares, lo que provoco que en la denominada cota cero, la pista del escenario, la acumulación de personas antes de la tragedia era tal que no se podían mover. Kontrol- 34, dice este trabajador en su declaración, no controló nunca el acceso con entrada.
Ahí pudo comenzar a gestarse las avalanchas porque dentro del edificio, todos los clientes querían ir al mismo lugar: la pista, donde ya no cabía nadie, donde ya casi nadie podía moverse.
Dejar una contestacion