La piratería, a la baja tras el ´Alakrana´

El embarque de personal armado y la ‘operación Atalanta’ hacen que los ataques piratas caigan a los niveles más bajos del último lustro, cuatro años después del secuestro del atunero vasco.

Han pasado cuatro años desde que un grupo de piratas somalíes secuestró el atunero vasco ‘Alakrana’. El suceso marcó un antes y un después en la lucha contra la piratería: los buques que operan en el Índico embarcaron personal armado y la UE desplegó la ‘operación Atalanta’. Esto, junto con el desarrollo de un gobierno en Somalia, hizo que los ataques de piratas cayesen en lo que va de ejercicio a los niveles más bajos de los últimos cinco años, sin que se haya registrado ningún secuestro en las costas de Somalia

El pasado miércoles se cumplieron cuatro años del secuestro del atunero vasco Alakrana con ocho tripulantes gallegos a bordo- por parte de un grupo de piratas somalíes. Y desde este suceso la situación ha cambiado de forma radical. El embarque de personal armado a bordo en los buques que operan en aguas del Índico y el despliegue de fuerzas armadas, como la operación Atalanta, hizo que los ataques piratas cayesen en lo que va de año hasta los niveles más bajos del último lustro. El problema de la piratería, según el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), evoluciona “de manera muy satisfactoria” en el Índico. De hecho, desde hace más de un año los asaltantes no han sido capaces de culminar ningún ataque con un secuestro final.

El 2 de octubre de 2009 un grupo de piratas somalíes capturaba el atunero vasco Alakrana, con sus 36 tripulantes a bordo, a los que tuvo retenidos 47 días. El rapto es recordado a día de hoy por su duración, así como por las múltiples y tormentosas complicaciones políticas y judiciales del caso. Por aquel entonces los atuneros españoles solo disponían de su velocidad y de la habilidad de los patrones al mando para eludir los abordajes en el Índico. Además, las misiones aeronavales desplegadas tras el secuestro del Playa de Bakio en abril de 2008 resultaron ser insuficientes para proteger a la flota.

La situación crítica en la que se encontraban los armadores por la amenaza pirata hizo que reclamasen al Gobierno la necesidad de embarcar a militares en los atuneros. Y la opción parece haber surtido efecto. Cuatro años después del secuestro del Alakrana, la ONU, la Oficina Marítima Internacional (IMB, por sus siglas en inglés) y la Armada española coinciden en que los ataques han descendido mucho y que las actuaciones de los piratas están muy contenidas en aguas del Índico.

“La actividad pirata en esta parte del globo nunca ha sido tan baja como hasta ahora respecto a diciembre de 2008, fecha en que la UE lanzó la operación Atalanta”, señaló esta semana el analista responsable de esta misión europea dentro del Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, el capitán Enrique Luis Montalbán. Y es que según los últimos datos del IMB, los ataques de piratas cayeron más de un 88% durante el primer semestre del año en aguas de Somalia, al registrarse solamente ocho casos que, por suerte para los atuneros, resultaron fallidos.

Según Montalbán, una razón que ha favorecido a esta mejora es la eficacia del control de las “agrupaciones antipiratería” en esas latitudes, entre las que la Atalanta es “la que más medios aporta”. El capitán atribuye también la caída de los ataques a la adopción de medidas de autoprotección por parte de los barcos, que disponen de armamento a bordo.

El último factor, según Montalbán, es que en Somalia se han desarrollado “capacidades” que le hacen menos permisivo en comparación con el pasado, ya que durante muchos años careció de Gobierno y los piratas operaron con total “libertad e impunidad”. Según el EMAD, el nuevo Gobierno federal somalí “está dando los pasos necesarios” para erradicar la piratería.

Sin embargo, el analista de la Atalanta puntualiza que la piratería no ha desaparecido, solamente ha funcionado la presión sobre ese “modelo de negocio”, pues las razones que originan esta delincuencia todavía están presentes en Somalia. “La piratería marítima está contenida, no erradicada”, señala Montalbán, quien asegura que si las fuerzas navales “relajaran” la presión, la situación volvería a “revertir” en la de años anteriores.

Que se hayan reducido los asaltos en Somalia no quiere decir que el peligro haya pasado. Al contrario, la Oficina Marítima Internacional sostiene que la piratería en la zona continúa siendo un serio problema que amenaza a las rutas marítimas del océano Índico. Y precisamente ahora se acerca el período intermonzónico, durante el cual la ausencia de vientos anima a los piratas a atacar.

Como ocurrió en temporadas anteriores, la operación Atalanta incrementará el número de efectivos para esta época del año, que pasará de 4 a 6 unidades navales y dos aviones de patrulla marítima. España, uno de los países de la UE que más medios aporta, continuará desplegando un avión de patrulla marítima, que opera de forma ininterrumpida desde septiembre de 2008. “Mantenemos un control permanente sobre la situación de los atuneros en el Índico, con frecuentes comunicaciones por radio y teléfono”, concluye Montalbán.

Fuente: laopinioncoruna.es