Cinco años y cinco meses de cárcel. Esa es la condena que solicita el fiscal para el presunto atracador de una joyería situada en el número 72 de la calle Real. El sospechoso, que es de nacionalidad brasileña y tiene 45 años, accedió al interior del establecimiento junto con otras dos personas que no han sido identificadas sobre las 10.20 horas del 15 de enero de 2011. Una vez que consiguió entrar en el local, encañonó al vigilante de seguridad, que consiguió pedir auxilio a otros dos empleados del negocio.
La Fiscalía destaca en su informe sobre los hechos que el procesado carecía de licencia de armas y que la pistola estaba cargada y en perfecto estado de funcionamiento. Cuando los otros dos trabajadores se enfrentaron a él, según recalcan las acusaciones, accionó al menos en dos ocasiones el gatillo, pero no se llegaron a producir detonaciones. Finalmente, los otros dos atracadores, que se dirigieron a las vitrinas donde se encontraban los objetos de valor, decidieron emprender la huida sin apoderarse del botín.
Las víctimas consiguieron reducir al sospechoso, que permanece en prisión provisional desde que sucedieron los hechos. La Audiencia Provincial de A Coruña acogió ayer una vista para prorrogar el tiempo de estancia en la cárcel del detenido, ya que el juicio está previsto que se celebre el próximo mes de febrero.
El representante del Ministerio público imputa al asaltante, que está asistido por el abogado Manuel Ferreiro, un delito contra el patrimonio y otro de tenencia ilícita de armas, por los que exige que sea sentenciado a cinco años y cinco meses de cárcel. La Fiscalía, además, demanda que el sospechoso indemnice a los tres empleados de la joyería con los que forcejeó con 1.400 euros.
La acusación particular, ejercida por la letrada del vigilante de seguridad, asegura que el atracador es autor de un delito intentado de homicidio, por lo que pide al tribunal de la Audiencia Provincial que lo sentencie, además de a cinco años y cinco meses de cárcel, a siete años y medio de prisión. La abogada exige que se tenga en cuenta la agravante de uso de disfraz, ya que relata en su escrito de calificación que tanto el arrestado como sus otros dos compañeros utilizaron una vestimenta para cometer el atraco frustrado que dificultaba su identificación. Así, destaca que llevaban gorros, gafas de pasta, bufandas, mascarillas a la altura del cuello, guantes, gabardinas y bandoleras. Debajo de la ropa, según la acusación, se vistieron otro atuendo con el fin de despojarse del primero y no ser localizados durante la huida.
Fuente:laopinioncoruna.es – 10.01.2013 | 01:14
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