Crecen los robos de comida en supermercados de barrio y se mantienen en grandes superficies

Los inventarios de los comercios lo constatan, y fuentes policiales y del sector de la seguridad privada lo corroboran: desde el inicio de la crisis, los denominados hurtos famélicos, es decir los robos de alimentos principalmente, han aumentado en Navarra en los llamados supermercados de barrio y se mantienen estables en las grandes superficies, comerciales mucho más vigiladas.

Parados, jubilados y amas de casa con dificultades para llegar a final de mes son los colectivos que se ven empujados en muchos casos a afanarse productos de primera necesidad para rebajar el precio de su ticket de compra.

Los artículos que se sustraen son normalmente de escaso valor …como latas de conserva, embutidos, queso, leche, yogures…, que algunos clientes suelen esconder entre la ropa aprovechando la menor vigilancia que hay en supermercados y tiendas pequeñas, que sin embargo, ya han empezado a tomar cartas en el asunto para atajar esta práctica en auge.

Aunque ni las autoridades ni los comerciantes disponen de un registro con el número de hurtos de este tipo, ya que el robo de comida era hasta ahora un hecho atribuido a jóvenes a los que no les llegaba la paga semanal para comprar alcohol, por ejemplo, diversas fuentes policiales, del sector de la seguridad privada y de los comerciantes, confirman que en los últimos años, la sustracción de comida y otros artículos de primera necesidad se ha incrementado, aunque solo suelen denunciarse cuando concurre reincidencia.

SUSTRACCIONES ESPORÁDICAS Los comerciantes y los policías, no obstante, distinguen entre ladrones profesionales, que suelen apoderarse de perfumes, cosméticos o ropa, por ejemplo para su posterior reventa en el mercado negro, y los hurtos esporádicos cometidos por parados, jubilados, amas de casa y adolescentes que, por motivos básicamente económicos, se llevan algún producto alimenticio oculto sin pagar, aunque abonan el resto de la compra.

Vigilantes de seguridad, sin embargo, señalan que en algunos casos se han detectado robos de comida mediante la utilización de técnicas de la delincuencia llevada a cabo a mayor escala, por ejemplo, mediante el uso de bolsos forrados internamente con papel de aluminio, que no hace saltar las alarmas al pasar los controles de seguridad. Al respecto, los cuerpos policiales y los comerciantes denuncian que existen páginas en Internet en las que con una total impunidad se incluyen recomendaciones para hurtar todo tipo de artículos, así como otras técnicas más complejas.

ESTABLES EN GRANDES SUPERFICIES Los robos de alimentación en las grandes superficies comerciales, sin embargo, no han experimentado variaciones desde el comienzo de la crisis económica, según afirman varias fuentes del sector. En ese sentido, los hurtos de comida representan una mínima parte de los hurtos cometidos en estos establecimientos, que cuentan con mayores medidas de seguridad que los pequeños supermercados, como cámaras de televisión y mayor presencia de vigilantes de seguridad, lo que a su juicio explica que este tipo de robos no hayan crecido en sus locales.

Otro fenómeno que por el momento no se ha extendido en Navarra, apuntan fuentes policiales, es el robo de alimentos destinados a la reventa a particulares. Estos hurtos suelen llevarlos a cabo toxicómanos y ciudadanos extranjeros en grandes ciudades, que luego revenden los productos a un precio más asequible, normalmente a personas de avanzada edad, como pensionistas, con escasos o nulos ingresos. En ocasiones, son estos mismo compradores los que piden que les consigan determinados artículos, lo que favorece la comisión de estos delitos, concluyen las mismas fuentes.

las claves

· ¿Qué es el ‘hurto famélico’?. Las sentencias del Tribunal Supremo de 9 de diciembre de 1985 y de 21 de enero de 1986 definen el hurto famélico, en sentido estrictamente jurídico, como «el que concurrirá en aquellos casos en los que se toman bienes ajenos, sin la voluntad de su dueño, para subvenir a las más primarias y perentorias necesidades humanas, tales como la alimentación, vestido, habitación y asistencia médico-farmacéutica y en los que no se halla en conflicto la vida o la propia supervivencia, con la propiedad de bienes ajenos, pero sí, por lo menos, entran en pugna los sufrimientos que el hambre, la desnudez, la intemperie o la enfermedad desatendida deparan al ser humano, con el respeto a la propiedad de bienes ajenos».

· ¿Qué se suele robar? Se suelen hurtar productos de pequeño formato, normalmente envasados y que se pueden esconder fácilmente entre la ropa, como latas de conserva, jamón, queso y otros productos lácteos o de charcutería. Dado el escaso valor de estos artículos, los responsables de los establecimientos rara vez denuncian a la Policía y se limitan a exigir la devolución del producto.

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