Durante la madrugada del pasado 17 de Septiembre se produjo un accidente de guagua en las inmediaciones del aeropuerto con la consecuencia de 12 turistas heridos. Un taxista que pasaba por el lugar fue quien avisó al 112, que activó a los Bomberos del Consorcio, (ajeno al aeropuerto) y al coordinador de Emergencias Aeroportuarias. A pesar de que los bomberos del aeropuerto están al lado, fueron los bomberos del Consorcio, con sede en Las Chafiras, quienes llegaron antes al lugar para liberar a las personas atrapadas.
El servicio de bomberos del aeropuerto tiene actualmente una plantilla de 37 personas; una plantilla tan justa sólo puede cubrir las emergencias que se puedan presentar en el interior del aeropuerto. Todos los incidentes que se puedan producir en zonas aledañas sólo se atienden tras valorar su grado de importancia. Una vez personado en el lugar, un conserje, que además carece de formación en la materia, es el que valora si es necesaria la presencia de bomberos. Hasta la llegada de los mismos puede transcurrir un tiempo vital. En este caso transcurrieron 15 minutos en activarse. No es éste un hecho aislado: la dirección del centro tiene conocimiento de sucesos ocurridos anteriormente, por lo que denunciamos la desidia y la pasividad de AENA para rectificar un procedimiento que pone en riesgo vidas humanas. Tal vez las consecuencias hubiesen sido más graves si el taxista, que de forma casual pasaba por el lugar, no alerta sobre el accidente.
Por otra parte, los vigilantes de seguridad del aeropuerto llevan tiempo denunciando continuos recortes en su plantilla. Hasta junio de este año, en el lugar en el que se produjo el accidente había un puesto de vigilancia; amparándose en la necesidad del recorte de plantilla, ese puesto ha sido eliminado. Si allí hubiese habido un vigilante se hubiese garantizado la alerta inmediata, sin depender de la casualidad que un taxista, por fortuna, pasaba por el lugar. Los representantes de los trabajadores vigilantes llevan tiempo reclamando que también funcione una doble barrera de control, prevista para esta vía, y que actualmente se encuentra inoperativa. La presencia de un vigilante y el correcto funcionamiento de las barreras, posiblemente hubiese evitado el accidente.
Recortes en la plantilla de bomberos, recortes en la plantilla de vigilantes; una tendencia peligrosa que pone en riesgo la seguridad de los usuarios. AENA debe rectificar esa política. Sectores vitales, como los aeropuertos, deben estar en guardia permanente. Está en juego la vida de las personas.